VISITAS (Un Click es bien recibido)

martes, 22 de noviembre de 2011

Correr


Desde hace un tiempo, no muchos meses, empecé a correr.

Al principio fue por perder un poco de peso, me costaba mil mundos auto convencerme 3 o 4 días a la semana que lo tenía que hacer y que era bueno para mi salud.

Las primeras semanas fue una tortura,  acababa sin aliento, sudando, maldiciendo la hora en la que salí a correr, jurándome que ya no correría más y que mejor hacer dieta.

Poco a poco te vas sintiendo mejor, notas que funciona, que pierdes peso – ayudado por no pegarte atracones de comida-, subes escaleras y no terminas con la lengua fuera…lo mejor de todo es cuando te pica el gusanillo de correr y ya solo lo haces por puro placer.  Cuando un día no puedes ir a correr y ves a gente que si lo está haciendo sientes envidia (sana) de no poder estar hay.

Aun me sobra algo de peso, pero es  curioso, nunc a pensé que correr fuera entretenido y que se pudiera disfrutar, pero lo es.

Sigo corriendo 2 o 3 veces a la semana (según pueda), pero es distinto, te sientes genial y no lo haces por perder peso. Empiezas cuando estas en casa y te dices “voy a correr un rato”, ese primer instante es decisivo si no te lanzas al final no saldrás por pereza, porque hace frio o viento…. Pero al  final le echas ganas y sales,  empiezas la carrera con pesar, tienes las piernas un poco “dormidas”, agarrotadas, pero poco a poco vas entrando en calor y te sientes con más y más fuerzas, sientes que puedes incluso cambiar el ritmo de carrera incrementándolo.

A cada zancada te encuentras con más energías y más ánimo, y entonces entras en la fase de ir a tu ritmo, casi de forma automática,  y te dedicas a ti mismo, a pensar en tus cosas, en tu vida personal, profesional, en cualquier cosas que en ese momento surja y ayuda y mucho;  te sientes como con otra mentalidad más positiva y lo que antes eran problemas ahora no lo parecen y encuentras soluciones, te sientes con fuerzas de afrontar cualquier cosa.

Ves a más personas corriendo, y a veces saludas, otras ni te das cuenta. A veces piensas en ellos y te imaginas que van como tú, contentos, animados y con ganas de comerse al mundo, de afrontar cualquier problema.

Llega el final de la carrera y ves tú meta, vas físicamente cansado,  pero contento, relajado y aparecen fuerzas para hacer un sprint para terminar. Terminas y la sensación es genial, totalmente relajado tanto física como mentalmente. Como nuevo para seguir el resto del día con fuerzas para hacer cualquier cosa.

Y listo para la próxima salida, esperándola con impaciencia.

No hay comentarios: